Buenas.
Hoy, bueno, ya ayer.
25 de abril. San Marcos. Nadie me ha felicitado. Pero nadie.
El día se presentaba interesante y muy bueno: 25 de Abril, celebración, eliminación del Barça, cena rica, entrega final de prácticas y un gran partido de vuelta de semifinales de Champions entre el Madrid y el Bayern.
Bueno. La cosa ha ido más o menos bien, salvo por los inconvenientes de siempre, hasta las 23:25 de la noche. Cuando Schwensteiger no tenía otra cosa que hacer que marcar el penalti que clasificaba al Bayern para la final de la Champions. 3 horas de auténtico infarto. Desde las 20:30 hasta las 23:30.
Para terminar en la tristeza absoluta. La rabia, la desesperación, el “Y ahora qué”… Todo eso siento…
El partido ha sido un partido no apto para cardíacos. Ida y vuelta. Locura y Nervios. Echaba de menos a mi padre, mi casa.
Mi madre en el salón: Si ella se va del salón, las cosas van mal. Si se queda, nos aúpa a la gloria.
La cena de la tía, cojonuda: Pasta rellena de queso y espinacas y solomillos con salsa parmesana.
Y poco más. No tengo muchas ganas de escribir hoy. Lo siento.
Besos a los catalanes. Enhorabuena a los alemanes y yo… HALA MADRID para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario