Todo llega a su fin.

Y el verano también.

 

El verano se nos va a ir en breves. Y todos vamos a volver a la rutina habitual.

 

El verano comenzó de forma desastrosa. Enganchando el fracaso escolar que obtuve con una depresión creada por, quién lo diría, un verano sin trabajar en mi lugar de trabajo habitual, mi piscina. Algún que otro factor más propició esto, pero es tema aparte.

 

He de reconocer que este verano, a diferencia de los últimos 4 se me ha pasado despaaaaaaaaacio y leeeeeeeeeentamente… mucho. Demasiado. Ha habido días interminables, ninguno se ha pasado rápido.

 

Sinceramente, prefiero veranos como los de antes. Bueno, tampoco es eso. Prefiero poder fusionar cositas de este verano con cositas del verano pasado. Quizá, el pasado verano fue el mejor en cuanto al aspecto profesional y este. Ha sido el mejor en cuanto a descanso.

 

En fin, que unos hijos de puta se han cargado mi verano y con ello, posiblemente el disfrute ocioso de los próximos 9 meses. Muchas gracias hamijos.

 

Así que estoy deseando que este verano termine. Pero tampoco quiero volver a clase. Bueno sí, 5 días de prueba. Y si lo [nuevo] que encuentro me gusta, seguimos, si no, portazo. Y a seguir.

 

Y yo no tengo un coeficiente intelectual enorme, ni saco 9 en todo. Pero hay determinados aspectos en los que cuando tú vienes, yo he ido y he vuelto 10 veces.

 

En fin, que aun quedan 20 días y van a pasar muchas cosas más. Lo sé yo. Soy un listo sabelotodo. Lo sé. Y me quiero así. Y si no, director de cine. Que tampoco está mal.

 

Así que bueno, seguiré incitando a la procreación de Judas. Que hay mucho suelto por el mundo.

 

Y por si alguien no sabe lo que es un Judas… He aquí mi propia descripción:

 

“Judas: Hombre que es capaz de traicionar. Hombre del cual no te puedes fiar. Lo peor de todo es que la traición puede llegar en cualquier momento. El que habla y hace por detrás. Sin ir a la cara. Sin ser sincero.”

 

De tantas veces que en mi vida pasada me la han intentado clavar, y me la han clavado, uno aprende. Y no se fía ni de su propia sombra. Y yo cuento con los dedos de un pie de quién me puedo fiar y de quién no.

 

Ojo, que yo también soy muy Judas para muchos. Y bien contento que estoy de serlo. Destruir vidas es mi futuro profesional. IRONIA ON.

 

Venga, sus dejo premosh. Otro día más, seguramente para el principio del curso. Antes, no me apetece.

 

Hay que ver lo que he dejado de lado esto… Hay que ver…